Los coches eléctricos tradicionalmente eran vistos como alternativas todavía limitadas por tecnologías inmaduras y una infraestructura de carga insuficiente. Sin embargo, los avances tecnológicos y un mayor enfoque en la sostenibilidad han propulsado la fabricación de este tipo de vehículos. Así que ya disponemos de coches de segunda mano eléctricos y en este artículo vamos a dejar claras las diferencias entre algunas versiones.
Los vehículos eléctricos de batería (BEV), como el modelo E de Ford Mustang, o el Hyundai Kona funcionan exclusivamente mediante energía eléctrica almacenada en baterías de alto voltaje.
Estos vehículos utilizan uno o varios motores eléctricos para propulsar el coche, eliminando completamente la necesidad de un motor de combustión interna. La energía para mover el vehículo es obtenida de baterías que se recargan a través de una red de estaciones de carga externas o enchufes domésticos.
Los BEV se caracterizan por su simplicidad mecánica, ya que carecen de los sistemas convencionales de un motor de combustión como el escape, la transmisión y el sistema de combustible. Esto reduce el número de piezas móviles, minimizando el mantenimiento requerido. Ejemplos notables de BEV incluyen el Tesla Model 3, el Volkswagen ID.4, y el Ford Mustang Mach-E.
Algunas ventajas de los coches totalmente eléctricos es que son capaces de convertir más del 60% de la energía eléctrica de la red para mover el coche, mientras que los vehículos de gasolina solo convierten entre el 17% y el 21%. Lo que permite que los BEV pueden recorrer más kilómetros por cada kWh de electricidad que un vehículo de combustión por cada litro de combustible.
Los vehículos eléctricos de autonomía extendida (EREV) son un tipo de coche eléctrico que combina un motor eléctrico principal con un motor de combustión interna. Sin embargo, a diferencia de los híbridos enchufables, el motor de combustión en un EREV, como el de BMW I3, o algunos modelos de Toyota, no propulsa directamente las ruedas del vehículo. En su lugar, funciona como un generador para cargar las baterías que alimentan el motor eléctrico.
Los EREV permiten a los conductores utilizar energía eléctrica para la mayoría de sus desplazamientos diarios y, cuando se agota la batería, el motor de gasolina entra en funcionamiento para generar electricidad y extender la autonomía del vehículo. Esto ofrece la eficiencia y las ventajas de conducción de un vehículo eléctrico, mientras proporciona la tranquilidad de un motor de combustión para viajes más largos.
Un ejemplo popular de EREV es el BMW i3 REx, que incluye un pequeño motor de gasolina que funciona exclusivamente como generador.
Al combinar la batería eléctrica y el motor de gasolina, los EREV ofrecen una autonomía significativamente mayor en comparación con los BEV. Esto elimina la "ansiedad por la autonomía" que algunos usuarios podrían sentir con un BEV, especialmente en áreas con infraestructura de carga limitada.
Los nuevos modelos de vehículos totalmente eléctricos (BEV) pueden ofrecer entre 320 a 640 kilómetros de autonomía con una sola carga. Los EREV ofrecen una autonomía eléctrica más limitada, generalmente alrededor de 50 a 80 kilómetros antes de que el motor de combustión empiece a generar energía eléctrica.
Esta configuración permite extender la autonomía total mucho más allá de lo que la batería eléctrica por sí sola podría ofrecer, a menudo superando los 300 kilómetros en total. La recarga de la batería puede hacerse en casa o en estaciones públicas, mientras que el repostaje del combustible puede hacerse rápidamente en cualquier estación de servicio.
Los coches eléctricos tienen por lo general un coste inicial más alto que un vehículo de combustión convencional, pero están sujetos a diversos incentivos fiscales, rebajas y subvenciones que pueden reducir significativamente el precio de compra.
Los coches eléctricos de autonomía extendida EREV tienden a ser algo más costosos que los coches totalmente eléctricos BEV debido a la complejidad que supone tener dos sistemas de propulsión: eléctrico y de combustión interna. Los costos de mantenimiento para los vehículos eléctricos puros son notablemente más bajos, pues el motor de combustión interna de los coches eléctricos de autonomía extendida añade una partida de gastos de mantenimiento que no se puede ignorar.
Los vehículos totalmente eléctricos (BEV) ofrecen la ventaja significativa de no emitir CO2 ni contaminantes locales mientras están en funcionamiento, y los EREV tienen la capacidad de operar en modo completamente eléctrico, lo que significa que pueden funcionar sin emisiones directas al igual que los BEV durante períodos limitados.
Sin embargo, cuando se utiliza el motor de combustión para extender la autonomía, estos vehículos generan emisiones de gases de efecto invernadero y otros contaminantes, aunque en menor cantidad que los vehículos exclusivamente de combustión interna.
Los vehículos totalmente eléctricos son conocidos por su entrega de potencia suave y casi instantánea, que proporciona una aceleración rápida desde parado. La ausencia de un motor de combustión interna y la distribución equilibrada del peso debido a la colocación de la batería a menudo resultan en una conducción estable y manejable.
Además, tienden a tener un centro de gravedad más bajo, mejorando la dinámica de conducción y reduciendo el riesgo de vuelco en comparación con vehículos más altos y pesados. El rendimiento de los vehículos eléctricos con autonomía extendida puede verse afectado ligeramente por el peso adicional del motor de combustión y los componentes relacionados.
Evalúa tu estilo de vida y necesidades diarias. Si realizas principalmente viajes cortos en áreas urbanas y tienes acceso conveniente a la recarga, un BEV podría ser una opción ideal. Por otro lado, si realizas viajes más largos con menos infraestructura de recarga disponible, un EREV podría ofrecerte una mayor tranquilidad.
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