La lucha entre los coches diésel y gasolina contra los eléctricos y los híbridos enchufables hace pasar muy desapercibidas otras opciones de motorización que, si bien no son tan contaminantes como estos primeros combustibles fósiles, tampoco dependen tanto de un punto de enchufe como los segundos.
Se trata de los coches comúnmente conocidos a gas o bifuel, que funcionan con otro tipo de hidrocarburos. Las dos grandes motorizaciones que se utilizan en el automovilismo son el GLP (o Gas Licuado del Petróleo) y el GNC (Gas Natural Comprimido).
En este post de Automotor Dursan, te vamos a explicar por qué es una más que recomendable alternativa, comprar un coche a gas de segunda mano, frente a otros combustibles.
Los automóviles que funcionan con GLP disponen de dos tanques de combustible, uno para la gasolina y otro para este combustible alternativo que se obtiene en un 65% durante la extracción del gas natural y un 35% del refinado del petróleo.
Al disponer de dos tanques tiene mucha mayor autonomía en lo que a kilometraje se refiere y permite un ahorro en combustibles de hasta el 40
Opel Corsa
Al igual que en los GLP, existen los coches con dos tanques de combustible. El funcionamiento básico es el siguiente: el gas natural se almacena un tanque (donde permanece en estado gaseoso) y se transfiere a alta presión a la cámara de combustión. Entonces, la presión se reduce para compatibilizarla con el sistema de inyección y se mezcla con el aire. Esta mezcla se enciende con la bujía.
La mayor diferencia, a parte de que no es tan comúnmente utilizado, de los GNC con los GLP es que emiten muchas menos emisiones. Reduce en un 25% las emisiones de CO2 en comparación con la gasolina
Seat León
Sin embargo, presentan algunas desventajas. Por ejemplo, en cuanto a capacidad, ya que normalmente alojan en el maletero los depósitos donde almacenar el gas para su combustión en el motor. Además, no todas las estaciones de servicio disponen de surtidor para repostar GNC o GLP, siendo este último mucho más común.