Los coches híbridos son tendencia, pero, ¿sabemos realmente que es un coche híbrido, cómo funciona, las ventajas de adquirir uno y cuánto nos va a costar su mantenimiento? ¡Despeja tus dudas en este artículo!
Un vehículo híbrido es aquel que funciona utilizando la combinación de un motor eléctrico y uno de combustión, bien sea diésel o gasolina. Con esto conseguimos diferentes ventajas como no perder autonomía, ya que mantienen la de un coche convencional, reducimos el consumo de combustible y contaminamos, por lo tanto, menos, además de no tener que preocuparnos si no tenemos un enchufe cerca.
Su conducción es muy sencilla porque no se diferencia del manejo de un coche convencional, diesel o gasolina automático. Será el propio coche híbrido el que utilice cada uno de los motores dependiendo de las condiciones y necesidades de cada momento.
Así, el motor eléctrico funcionará, a grandes rasgos, cuando arranquemos el coche o a velocidades bajas y el de combustión “saltará” cuando necesitemos más potencia o a velocidades altas.
Tener un vehículo híbrido es sinónimo de ventajas, la primera es que, ya sean diésel o gasolina, la DGT otorga a los coches híbridos la etiqueta ECO.
Las ventajas de la etiqueta ECO de la DGT con varias:
Por otro lado, reduciremos el consumo de combustible, ya que en zona urbana, descensos o en las frenadas será el motor eléctrico el que funcione. Además, al tener dos motores, en momentos determinados obtendremos más potencia.
Adquirir un vehículo híbrido de segunda mano nos permite, además de acceder a las ventajas antes mencionadas, poder acceder a un vehículo híbrido de ocasión con equipamientos que de otro modo no están al alcance de todos los bolsillos.
Un coche híbrido de segunda mano nos permite acceder a coches de alta gama al precio de un coche híbrido de gama media, ganando en sistemas de seguridad y equipamiento.
Las familias que busquen un coche híbrido para su día a día o aquellas familias numerosas que quieren un coche de 7 plazas, encuentran en Lexus o Toyota dos de las marcas de referencia a un precio más competitivo.
Cuando nace el coche híbrido lo que se pensó fue en combinar dos tipos de motores, los llamados térmicos, como hemos dicho gasolina o diésel, con un eléctrico que se alimenta de baterías autorrecargables.
Actualmente, el motor eléctrico adquiere en las nuevas generaciones de coches híbridos más protagonismo, siendo capaz de mover el coche a velocidades más altas y en situaciones que hace unos años hubiesen requerido utilizar el motor de combustión, aportando más ahorro al propietario: a más tiempo de uso del motor eléctrico, menos gasto.
Las baterías de los coches híbridos, como decíamos, se autorrecargan al frenar o al dejar de acelerar, esto es porque el generador que alimenta al motor eléctrico realiza el trabajo contrario y carga la batería, obteniendo nueva energía para mover el coche.
Podríamos pensar que el mantenimiento de un coche híbrido se nos va a disparar, nada más lejos de la realidad, es más, nos puede resultar más económico.
No solo un vehículo híbrido nos permite ahorrar en combustible, sino que en nuestras visitas al taller, al no tener ciertas piezas y elementos de las que sí consta un coche diésel o gasolina, no tenemos que cambiarlos por el uso.
Por otro lado, al recuperar y recargar las baterías con el sistema de frenado, las pastillas y los discos de frenos sufren menos desgaste alargando su vida útil.
En este artículo nos hemos centrado en los coches híbridos no enchufables, pero no nos olvidamos de los vehículos híbridos enchufables, conocidos como PHEV (Plug-in Hybrid Electric Vehicle).
Tampoco nos olvidamos de los coches 100% eléctricos, aquellos que funcionan con solo motor eléctrico, prescindiendo del de combustión, y que se cargan mediante un enchufe, obteniendo la etiqueta 0 (Cero) de la DGT.
Los vehículos GLP (Gas Licuado del Petóleo), con etiqueta ECO de la DGT, funcionan con una mezcla de propano y butano que se comprime hasta obtener un líquido, el combustible de estos vehículos.
Se puede repostar en ciertas estaciones de servicio y el precio es mucho más bajo que la gasolina. No hablamos de GLP diésel porque los que funcionan con GLP son los coches gasolina, ya que este combustible tienen un comportamiento en el motor similar al inyectarse en los cilindros, siendo incompatible con el diésel que funcionan por compresión.
Finalmente, encontramos los coches GNC (Gas Natural Comprimido) que utilizan un solo motor que puede usar el gas como combustible, además de la gasolina. Son los conocidos como vehículos bifuel, capaces de adaptarse indistintamente, con un único motor, al uso de gas o gasolina.