Los precios de la gasolina y el gas-oil están llegando a cotas hasta ahora impensables. Ante ello tenemos dos opciones: o dejamos el coche en el garaje o buscamos la forma de mejorar los consumos para poder seguir disfrutando los kilómetros sin vaciar nuestra cartera.
Ser rigurosos en el mantenimiento de nuestro coche
Un estricto y minucioso mantenimiento de nuestro coche provoca mejorar su eficiencia. Los filtros del aire y gasolina o gas-oil son elementos imprescindibles para mejorar la eficiencia de nuestro vehículo y por tanto la reducción del consumo. El cambio periódico del aceite del motor también aporta mejoras.
Comprobar la presión de los neumáticos
Llevar los neumáticos de nuestro coche con las presiones correctas mejoran no solo el consumo, también la seguridad. La gran mayoría de los vehículos cuentan con una pegatina del fabricante dentro del marco de la puerta del conductor donde indica cual es la presión recomendada tanto para el tren anterior como posterior. Los nuevos modelos llevan control de presión en el cuadro de mandos, pero no dejes de comprobar su correcto estado.
Cuidado con lo que guardamos en nuestro coche
Algunas veces, utilizamos el coche como trastero para guardar objetos y cosas en espera de encontrarles ubicación definitiva. Y esa costumbre que tenemos en algunos casos de "sobrecargar" de peso nuestro vehículo afecta negativamente a la hora de aumentar el consumo. Muchos pocos hacen un mucho que afecta a nuestra cartera.
Atención a donde repostas, no cualquier carburante es bueno
No siempre damos importancia al lugar donde repostamos, pero influye de forma significativa en el consumo de nuestro vehículo. No siempre el combustible más barato nos genera un ahorro. Las gasolineras lowcost reciben carburantes de menos calidad por parte de los distribuidores y con más impurezas lo que repercute negativamente en el rendimiento y consumo de nuestro automóvil.
Acelerar y frenar, cuanto menos mejor
No solo conseguimos reducir el consumo de nuestro motor acelerando menos, también frenar poco es un método de ahorro. Si no sobrepasas los límites de la carretera por donde transitas lograrás mejorar la eficiencia. La solución es mantener un ritmo constante dentro del régimen óptimo de par, no pasar las 2.000 rpm en cada marcha mejoraría nuestros consumos. Una vez que logremos la velocidad correcta lo ideal es presionar de forma muy leve el acelerador para mantener un constante ritmo de crucero.
Pero no solo es importante el nivel y forma de aceleración para equilibrar el consumo, frenar poco también cuenta, y mucho. Con el accionado limitado del pedal del freno aprovechas al máximo la inercia. Ejercer la presión justa sobre ambos pedales para conseguir el régimen ideal mejorarán sustancialmente el consumo de tu automóvil.
Los pequeños detalles mejoran el consumo de tu coche
Uno de los hábitos más importantes en la conducción para mejorar el ahorro de combustible es el de la anticipación. Antes de llegar a una rotonda, un semáforo o incluso un vehículo que va más despacio, una conducción brusca también repercute en el consumo. La solución perfecta es mover el volante de forma suave y progresiva. Con ello también conseguiremos llevar a cabo una trazada lo más neutra posible y además me minimizar riesgos, optimizamos conducción y gasto.