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Badenes en la ciudad ¿les diremos adiós?

El pasado 11 de mayo, el director de la Dirección General de Tráfico (DGT), estuvo respondiendo preguntas a ciudadanos y periodistas en un encuentro digital. Era el día en que se presentaban los nuevos límites de velocidad en las vías urbanas  de todas las ciudades españolas y, Pere Navarro, comentó: “en las calles 30 no tienen sentido los badenes, confiamos en que poco a poco veremos cómo desaparecen los badenes en estas calles de 30”. Esta y otras declaraciones tuvieron lugar durante la Semana Mundial de la Seguridad Vial.

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¿Qué dice la DGT de los badenes?

El director de la DGT dejó claro que el nuevo límite de 30km/h no será para todas las calles de las ciudades españolas y que su objetivo es “calmar el tráfico”. Se trata de reducir la siniestralidad porque, si algo está claro, es que a menor velocidad, menor peligro para sus usuarios. Sobre todo, y como es lógico,  para los  más vulnerables.
Según lo comentado en tal encuentro de la DGT, solamente se mantendrán los 50 km/h  en las vías que tengan dos o más carriles de cada sentido de circulación. Y se reducirá la velocidad de 30 a 20 km/h, en las vías con plataforma única.

¿Y cómo afecta esta nueva norma a los "odiados" badenes de nuestras ciudades?

Los badenes dañan la suspensión de nuestros coches
Según explicaron, desde la Dirección General de Tráfico, el recurso de los badenes ha estado dirigido a restringir la velocidad de los vehículos en un espacio determinado que entrañaba peligro, por lo que no tiene el mismo objetivo  que la restricción de la velocidad. Pero con esta nueva normativa de reducción a 30 km/h, estos elementos dejan de tener sentido, por lo que podrían ir desapareciendo más pronto que tarde .
Esta apreciación, viniendo de la DGT, no puede hacer más que causarnos alivio a los propietarios de los coches, que vemos cómo sufren sus suspensiones diariamente, en zonas de paso de nuestro día a día. En las que los badenes son del todo excesivos, por su número y por su altura. 
Puede que la limitación de la velocidad a 30 km/h en estas zonas concretas, se presente como la alternativa para proteger la vida del sistema de amortiguación de nuestros automóviles. Al menos, de momento.